sábado, 5 de mayo de 2012

Testamento de una bulímica 2

Una noche fría, un viernes a finales de noviembre, 2011


Ella se quedó callada, incapaz de mirarme a la cara y dirigiendo su mirada hacia el suelo con sus rizos tapándole los ojos, como últimamente solía hacer. La situación se convirtió en un largo silencio, frío e incómodo, nunca creí que las cosas se complicarían de esa manera. De repente levantó la mirada, mis ojos se encontraron con una versión frágil y con lágrimas de sus ojos -aunque el azul seguía tan intenso como siempre-, y me gritó con las pocas fuerzas de las que disponía apretando los puños y negando con la cabeza.
- ¡No puedo!, ¡ella soy yo, estoy aquí!, ¡tú no me entiendes!, ¡no lo entiendes!, no lo entiendes, no entiendes nada...
Poco a poco se fue relajando sin dejar de repetir sus últimas palabras, y noté como algo se resquebrajaba en ella y en mí, ella comenzó a hundirse en sus lágrimas. Mientras, yo era incapaz de reaccionar, sólo pude contestarle en un tono débil con tendencia a un suspiro,  quizás no fueron las
 palabras más idóneas y no debí callarme otras muchas:
- Lo he intentado... pero es difícil de entender por qué una persona se autodestruye. No debo entenderlo, no puedo.
Mi interior no paraba de gritar y repetir "¡Déjala en paz maldito trastorno!", sentía las lágrimas recorrer mi cuerpo circulando por las venas y manando de mi corazón.


Ella era bella, con la capacidad de hacer sonreír a las personas. Yo sólo la conocía desde hacía pocos meses atrás, pero en ese tiempo me había dado tiempo a admirar esa personalidad tan peculiar que encerraba en su interior y esa alegría innata que irradiaba a cada momento sin dejar de sonreír.
No sé en que momento todo cambió, había notado ciertos detalles inusuales en su actitud. Tampoco sé por qué el destino me eligió a mí , por qué me ví afectado y envuelto en esta situación, fui el primero en conocerla, y el primero que la perdió, que sintió que la había perdido.

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¿ Escribo simplemente por escribir?

Desahogo en forma de un diario de sensaciones e ideas ciertamente abstractas.
Sin pretensiones de que me conozcan, ¿o miento?.
Todo es posible.
Oculto tras mis palabras, aquellas que dejo escapar desde lo más profundo de mi mente se puede hallar
No estaría mal ahogarse en un mar hecho de mis propios pensamientos, o navegarlo con un velero en un solo sentido, pero todo esto es demasiado profundo.
No puedo evitarlo.
Sobrevivo entre alegría y alegría, entre tristeza y tristeza. Como todos.
Pensamientos y sentimientos que se funden entre lágrima y sonrisa.

El resumen: Caóticamente hablando.