sábado, 17 de marzo de 2012

Le fin

Creía que lo había conseguido, pero está claro que es muy fácil prender la llama, aún estando en estado líquido, así creía que mi mente y mi corazón estaban. Creía que el mar de ideas de mi mente estaba en calma y no había peligro de tormenta durante un tiempo.
Pero basta con un simple soplo para desencadenar una serie de enormes olas que golpeen mi interior con intención de destruirme. Basta con unas pocas palabras para que vuelva a pensar en lo mismo de siempre, para despertar lo olvidado o lo que creía olvidado, para que vuelvan a surgir dudas en mi interior y se cree un enorme huracán que me arrastra hacia algo que no tiene fin.

Basta con un suspiro para perseguir un sueño.
Basta con una palabra para que nazca una duda.
Basta con una duda para desorientarme.
Basta con perderme para encontrarte.
Basta con una mirada para saber lo que quiero.
Basta con un te quiero para odiar.
Basta con una sonrisa para conseguir valor.
Basta con una lágrima para hundirme en lo más profundo de este mar.
Basta con un silencio para querer gritar.
Basta con tu presencia para querer huir.
Basta con un adiós para echar de menos.
Basta con tu ausencia para perseguirte.

martes, 6 de marzo de 2012

El dolor es necesario para agüantar. Todos tenemos un interior masoquista, aunque muchas veces no somos conscientes de ello.
Qué ironía, toda una vida esquivando todo aquello que pudiera causar en nosotros un mínimo estímulo de dolor, por daño físico o emocional. Para luego buscar entre todos los rincones de este mundo inconscientemente algo que se pueda sufrir, cualquier estímulo capaz de ello.
Para ser felices antes debemos saber lo que es la felicidad, surgiendo la necesidad de conocer el dolor para aprender a detectarlo, a reconocerlo, a afrontarlo y a convivir con él.
Estamos rodeados de posibles causas y consecuencias. Estamos rodeados de dolor, pero también de felicidad.
No exijo que me entiendan. Sería una falta de amabilidad por mi parte ya que yo no pongo ninguna facilidad.
A veces tengo la sensación de que vivo en una completa metáfora pura, donde el término real está muy alejado o simplemente no existe, tengo la sensación de ser yo el término imaginario.
En un lugar, el más profundo que hay en un mar de términos imaginarios movidos por una corriente de realidades. Ahí, me podéis encontrar la mayor parte del tiempo.
Te odio, ¡te odio!, y me odio a mí misma por arrastrarme, por ser tan estúpida, tan repugnantemente imbécil, por no ser capaz de conservar algo de voluntad, por no actuar, por no decírtelo a la cara, por no vencer esta puta ansiedad, por mostrar mi parte débil, por ser débil, por aparentar ser tan fuerte, por querer sentir y no poder, por sentir y no poder ponerle freno, por no esforzarme más, por no resistirme, por no afrontar totalmente mis obligaciones, por no agüantar el dolor, por atraerlo y buscarlo a la vez, por intentar evitarlo y guardarlo en mi interior, por no ser capaz de encontrar después la llave que pueda liberarlo al exterior, por no explotar, por no llorar, por ser tan imperturbable exteriormente, por no desahogarme como es debido, por no querer, por no querer quererme, por ser querida y no apreciarlo, por apreciarlo y querer más, por odiarte.
Eso sí, nunca me odiaré por no ser sincera.
Y levanta tu corazón.
Y renace como una flor en tierra árida.
Pero todo termina en este mundo físico. Los recuerdos son inmortales mientras nosotros los mantenemos con vida.
A mis abuelos.

¿ Escribo simplemente por escribir?

Desahogo en forma de un diario de sensaciones e ideas ciertamente abstractas.
Sin pretensiones de que me conozcan, ¿o miento?.
Todo es posible.
Oculto tras mis palabras, aquellas que dejo escapar desde lo más profundo de mi mente se puede hallar
No estaría mal ahogarse en un mar hecho de mis propios pensamientos, o navegarlo con un velero en un solo sentido, pero todo esto es demasiado profundo.
No puedo evitarlo.
Sobrevivo entre alegría y alegría, entre tristeza y tristeza. Como todos.
Pensamientos y sentimientos que se funden entre lágrima y sonrisa.

El resumen: Caóticamente hablando.