viernes, 17 de febrero de 2012

Testamento de una bulímica

Ya se lo había preguntado en varias ocasiones. Sin embargo, ella nunca contestaba de la misma forma, e incluso, cuando parecía ser la artífice de excusas crudas y baratas, ella seguía intentándolo. Ella era la principal testigo de sus mentiras, yo simplemente quería creerlo.
La situación cada vez resultaba más desquiciante y se mezclaba con el aire de desesperación que traía aquella chica.
Esta vez decidí permanecer en silencio durante un instante, cerrar los ojos de forma violenta y sin preguntar, mostré hasta donde llegaba mi preocupación. Simplemente dije:
- Ya no lo soporto.
Ella no supo reaccionar, se quedó mirándome fijamente, apenas pestañeaba. Y entonces, estallé en letras sin tinta.
- ¡Me duele! Aunque ahora sé que no eres tú. No, ya no lo eres. Si quieres destruirte, adelante, pero no la destruyas a ella, deja su vida tal cual la encontrastes, intacta.

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¿ Escribo simplemente por escribir?

Desahogo en forma de un diario de sensaciones e ideas ciertamente abstractas.
Sin pretensiones de que me conozcan, ¿o miento?.
Todo es posible.
Oculto tras mis palabras, aquellas que dejo escapar desde lo más profundo de mi mente se puede hallar
No estaría mal ahogarse en un mar hecho de mis propios pensamientos, o navegarlo con un velero en un solo sentido, pero todo esto es demasiado profundo.
No puedo evitarlo.
Sobrevivo entre alegría y alegría, entre tristeza y tristeza. Como todos.
Pensamientos y sentimientos que se funden entre lágrima y sonrisa.

El resumen: Caóticamente hablando.