domingo, 27 de mayo de 2012

Retratos de un ayer

Sólo quiero reconocer otra vez aquellas palabras. Me decía que ya nada volvería a ser lo mismo, me avergonzaba pensar en ello. Mientras sentía el tacto de las sábanas frío pensaba que nunca volvería a dormirme, me convertiría en un ser insomne, vagando por las calles oscuras en la noche buscando algo más que le diera sentido a mi vida. La brújula que me ayudaba a dirigir mi vida en una buena dirección se había perdido ya, y el cielo estrellado de siempre había desaparecido, sólo veía oscuridad.
¿Por qué no te encontré esta vez?, había un espesor que me impedía ver claro, todo eran problemas y errores que se sucedían inexorablemente, ya habías aguantado suficiente. Ya no formaba parte de tu círculo, ya nadie formaba parte de tu círculo, un círculo que habías construido con el paso del tiempo y  que habías aislado con paredes cubiertas de espejos, yo sólo podía dar vueltas alrededor de él.
 Y sin embargo no reconocías tu reflejo en ningún espejo, y yo simplemente quería ser todo, o algo mínimo en tu vida, pero ser algo en ella, aunque tuviera que convertirme en un espejismo o un reflejo de cada uno de esos espejos, aunque tuviera que decir adiós a mi carne y mi sangre, a mi tacto, a mi oído, siempre y cuando no me cegara ninguna luz que me impidiera contemplarte.
 Y por eso te fuiste, que me arrastrara por el suelo tras de tí te impedía avanzar, mi imagen se imponía a la tuya, no cesaba en convertir tu día en el mío, de seguirte a donde fueras, de utilizarte como mi estrella guía. Te fuiste, me quedé sin días, me levanté del suelo tambaleándome y comencé a andar perdiéndome en el ayer, sin un presente y sin un futuro, basando mi vida en el pasado.

Pero ahora yo no paraba de preguntarme por qué no te encontré esta vez, me quedaban tus fotos, pero ya no te encuentro, no reconozco ni tus palabras de despedida, ni tu letra en las cartas. Finalmente llegué a una triste conclusión, el odio me cegó, el odio a mí misma por ser la principal responsable de las marcas 
de látigo en mi espalda, el odio a ti, por dejarme sola, observar como me autodestruía y no mirar hacia atrás cuando te seguía, y el odio al miedo a la equivocación, a pensar en el mañana.




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¿ Escribo simplemente por escribir?

Desahogo en forma de un diario de sensaciones e ideas ciertamente abstractas.
Sin pretensiones de que me conozcan, ¿o miento?.
Todo es posible.
Oculto tras mis palabras, aquellas que dejo escapar desde lo más profundo de mi mente se puede hallar
No estaría mal ahogarse en un mar hecho de mis propios pensamientos, o navegarlo con un velero en un solo sentido, pero todo esto es demasiado profundo.
No puedo evitarlo.
Sobrevivo entre alegría y alegría, entre tristeza y tristeza. Como todos.
Pensamientos y sentimientos que se funden entre lágrima y sonrisa.

El resumen: Caóticamente hablando.