jueves, 19 de septiembre de 2013

No me culpes

Letras cual pétalos de rosa blanca

No me culpes por los arañazos
al tropezar y caerte,
no fui quien te empujo,
no fui la causa del puñetazo.
No me culpes por no estar contigo
para ser testigo y defenderte.
Supongo que ahora
es poco más que pena,
supongo que no has cambiado,
tan sólo has empeorado, y quemas.
No me culpes por tus desvaríos,
por no ser la cordura en tu balanza.
No me culpes por no estar ahí,
porque poco a poco me echaste,
sin darte cuenta, y estoy aquí,
tan cerca como lejos de ti,
sin saber si realmente dijiste
la verdad al mentir.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Realmente lo odiaba

Letras cual pétalos de rosa blanca

Con sinceridad, odié tus suspiros,
y odiándolos sigo,
como añorar que susurres a mis oídos,
y aquellos domingos contigo.
Porque yo quería la semana,
y no el final de ella,
porque el resto de días
 me sabían a castigo.

Realmente no lo soportaba,
los buenos días por la mañana,
las cartas que llegaban a mi ventana,
y lo peor de todo, la distancia.
Por la noche soñaba que dormía,
y que despertaba culpando al sonido
del campo y de los grillos,
y quería despertar y no podía.

Y aquí estoy, tumbada en un rincón
del inmenso colchón de mi habitación,
con media cama desecha,
adormecida y sin arrugar las sábanas.

martes, 17 de septiembre de 2013

Podría...

Letras cual pétalos de rosa blanca



Podría dejar una nota, 
un silencio escrito con tinta,
unas palabras que saben a mentira,
o un grito mudo, de garganta rota,
pero ya estoy harta,
me superan las imperfecciones,
el afán de rendirme,
que ya no pueda escuchar tus canciones
ni quejarme por estar cansada.

Estoy harta de que no me hables,
de que me mires como si fuera transparente,
presumiendo de descubrir mi alma
escondida entre  músculos y tendones,
y de poder ver a través de mi, y de mi piel,
esos muros que me ayudaste a dibujar,
y que se caen abajo por mil grietas. 

Todo es por la esperanza, falsa,
por el color verde de mis ojos marrones,
por ese tirabuzon que se resbala
y desfila por la mejilla, escondiéndome,
separándome o resguardándome
del frío aire que se escapa,
que se resiste a tu cálida sonrisa.

Podría despedirme de otra forma,
pero ya deberías conocerme,
no como el resto de la gente,
como aquel tan fiel que toma
la confianza, tan valiosa,
tan frágil como mi piel,
y la destroza y quema vuelta y vuelta.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Otra reflexión más...

Harta de autoanalizarme. Es una gran pérdida de tiempo. Abandono.

Es más responsable seguir con los apuntes de estadística, que seguir con este enjambre de pensamientos.

No son cosas a las que temer como hasta ahora, ¿cuáles?, me refiero a todas las inseguridades que nos obligan a retroceder en determinados momentos, que podrían haber terminado con unos minutos de gloria y no pudo ser.  Hay que zambullirse en el río que sigue su cauce, dejar que la corriente se lleve todo lo malo y vuelva a fluir la sangre en nuestros pies.

Hay que dejar de echar de menos lo que nunca ha sido nuestro, dejar de ser feliz royendo los huesos y ladrando a las gatas en celo. Se acabó entender los llantos, suplicar sonrisas al aire, porque esta vez se trata de superación y no de autohundirse o resignarse. Todo es un plan de liberación aunque no lo creas. Reír como te de la gana, crear tu propio repertorio de sonrisas y carcajadas, en un mundo en el que un simple amago de sonrisa es suficiente para que te encierren en la jaula de algún circo.

Fuera, cree ahora, y no tras la demostración, desperdicia toda tu fe en una simple teoría.
¿Qué verdad hay en todo esto?

sábado, 14 de septiembre de 2013

Mi madre...

¿Qué diría mi madre, ahogada con sus locuras, si despertará de su mundo deforme de fantasías, para descubrir la realidad verdadera que la ha estado rodeando hasta ahora?
¿Qué sería de ella?, descubrir que en veinte años no ha sido capaz de controlar su propia vida. ¿Acaso alguien sabe dirigirla correctamente?, creo que se aliviaría pensando en ello. Todos somos locos y hacemos cosas en algún momento de nuestra vida que lo demuestra; nos consolamos pensando que son simples impulsos, fruto del estrés y de la ansiedad de vivir en esta sociedad.
Tomamos malas decisiones que a veces nos llevan al borde de un acantilado, conseguimos mantener el equilibrio y despertar de nuestros delirios dando un paso hacia atrás y luego unos cuantos más durante una temporada, para curar nuestra alma herida.
Nos enamoramos de personas equivocadas, aunque tal vez la primera equivocación sea enamorarnos, da igual de quien sea. Como siempre, está la posibilidad de no ser correspondidos y criar en nuestro corazón lagrimas de despecho.  Arruinamos nuestra vidas por atender a bajos deseos; todo por escuchar a esa vocecita que estalla en algún  momento.

Mi madre, la  más cuerda de las personas, la más responsable, inteligente, dulce y cariñosa. Ahora, es un fantasma de su pasado que cree ser feliz. Igual que todos nosotros que decimos ser plenamente conscientes de lo ocurre con nuestras vidas.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

La tormenta eléctrica

Pienso despojarme de todas esas ataduras. Que se deshagan en latigazos nuestros brazos y piernas.

La cima de la montaña roza el cielo, allí es donde comenzará la revolución.

Muchos morirán en el camino, otros simplemente enloquecerán, incapaces de borrar de su mente la imagen de una enorme ola que parece que se nos echa encima, escalando el cielo y tragándose las llamas que dejamos a nuestro paso y que relampaguean sobre el llano lugar que queda ya muy lejos de nosotros.

Cuando llegue el momento sentiremos las cuerdas restallar a nuestros pies, unos chasquidos que en unos segundos entenderemos como la llamada para luchar por nuestra libertad.


sábado, 7 de septiembre de 2013

Y si ella consigue lo que quiere, ¿querrá aquello que consiga?

Une artiste


Tras la coraza que ha ido forjando durante años hay algo mejor que la magia, dulce y tierno como su carita; pero yace en su interior, aprisionado, y dudo que alguna vez en su vida llegue a tener el valor de dejarlo salir al exterior.

Se ha construido su propia personalidad, impenetrable por las balas, que rebotan mortalmente hacia quien intenta herirle en un disparo. Ni ella misma se reconoce, ésta es la razón de que a veces sienta como si aprisionaran sus costillas impidiéndole respirar.

Hablo de una chica que en otras circunstancias sería la más ingenua e inocente de las de su edad, con una nobleza y humildad increíble, pero en la realidad y no en ese mundo paralelo y dudoso, esa chica es una rebelde sin causa, una malhablada con educación, una sentimental cuya dulzura nace del infierno, una descarada con remordimientos ocultos, pero sobre todo esa chica sin bandera se trata de una verdadera artista sin hogar, una artista de un callejón de pintura y palabras cortantes.

Esta artista de la que os hablo sería capaz de dibujar en un muro, simple y pintarrajeado, un mundo nuevo y fantasioso de todos los colores, adaptado a la planta de sus zapatos y más original que el mundo en el que vivimos. Pero todavía sigue descargando su frustación en un lienzo en blanco,  arrojando pintura al azar y concentrándose en un solo punto, convencida de poder captar un agujero negro en ese pequeño espacio.

Si te encuentras con ella por la calle puedes observar que pasea con sierras cual pinceles para intentar cortar los barrotes que la retienen, y puedes oler la pólvora que estalla en la revolución que se desarrolla en su interior, una revolución con expectativas de dar lugar a una siguiente guerra mundial.

La guerra del artista, la musa de sus locuras, la que alimenta sus cuadros a pinceladas de sangre, la que más dolor le causa.

Pero lo que para ella son  símbolos de una nueva vida sin tristezas, en realidad son barreras de las que ella misma se ha ido rodeando con el tiempo, barreras que ella confunde con los muros de un reino de libertad e independencia. Y olvida que la libertad nunca podría estar relacionada con muros ni barreras.

Su realidad no es libre, puede que sí libere sus impresiones como burbujas fáciles de estallar, pero todo es por equilibrar la balanza frente a su propia libertad, hundida y pisoteada en el barro.

El secreto que atesora debe estar en el agua de sus ojos, que podría mojar toda esa pólvora, y apagar el fuego de ira y resentimiento que la corrompe y destruye lentamente dejándola en una amarga soledad. 






¿ Escribo simplemente por escribir?

Desahogo en forma de un diario de sensaciones e ideas ciertamente abstractas.
Sin pretensiones de que me conozcan, ¿o miento?.
Todo es posible.
Oculto tras mis palabras, aquellas que dejo escapar desde lo más profundo de mi mente se puede hallar
No estaría mal ahogarse en un mar hecho de mis propios pensamientos, o navegarlo con un velero en un solo sentido, pero todo esto es demasiado profundo.
No puedo evitarlo.
Sobrevivo entre alegría y alegría, entre tristeza y tristeza. Como todos.
Pensamientos y sentimientos que se funden entre lágrima y sonrisa.

El resumen: Caóticamente hablando.