"La confianza no da asco, la dan las personas", se lo escuché a alguien y me hizo reflexionar, puede que lo haya leído antes y no se me ha quedado, pero esta vez hizo girar algún resorte en mi cabeza. Y es cierto, es algo que me cuesta dar pero que de la misma forma es muy fácil de quitar. Puede que a veces sea triste porque en el mayor de los casos cuando nos sentimos preparados para dejar toda nuestra confianza en alguien pensamos que siempre será fiel, que nunca nos traicionará o nos decepcionará, que estará ahí en lo malo y en lo bueno, que siempre habrá perdón tanto de nuestra parte como de la suya; pero no pensamos que en algún momento es posible que todo termine, es posible que sea confianza con fecha de caducidad, y que la persona a la que se la diste no se haya tomado la molestia de conservarla en un lugar fresco y seco. Entonces decimos, "¡Joder!", ¡joder con la vida!, ¡joder con la gente!, y nos preguntamos si vale la pena confiar, y creo que claro que vale la pena, siempre podemos olvidar un poco lo desagradable de nuestros fracasos al elegir a las personas.
Hay todas las tiritas que quieras para curar tus heridas y tapar todas tus grietas,
tanto externas como interiores.
Me encanta tu blog y el diseño, te sigo, pasate por el mio
ResponderEliminarwww.miprimeramor-celeste.blogspot.com
besos!
Que razón...y lo de las tiritas muy original e.e
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