Tampoco me obsesionas, todavía; ni pretendo acosarte o ser un peso, tan sólo pretendo que no me olvides, que no me dejes aún en la distancia, que sigas ahí y yo aquí, y de vez en cuando que sea tu y yo ahí, aquí, allí o donde sea, pero juntos. Quiero anécdotas compartidas, quiero mis propias anécdotas y algunas tuyas también. Quiero seguir riéndome hasta llorar, que sigas levantándome cuando caigo en la tristeza; quiero que tú también te rías de mí, por mis defectos, por mis errores, por mis caprichos y que me enseñes a reírme contigo. Quiero amistad, y quiero algo más, ahora quiero que se cumpla uno de mis tantos caprichos, quiero verte otra vez, pero antes quiero que se haga real un deseo, un sueño que creía alucinación por culpa de mi tonta ceguera selectiva, quiero algo más que amistad, quiero mucho más que algo más, quiero algo que es demasiado, que es infinito, te quiero a ti.
No es un capricho de los de siempre,
porque no es un capricho,
ni siquiera como los de la naturaleza.
Soy yo.
Eres tú.
Son las circunstancias, mi ser, tu ser. Nuestro estar y nuestro vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario