lunes, 16 de septiembre de 2013

Otra reflexión más...

Harta de autoanalizarme. Es una gran pérdida de tiempo. Abandono.

Es más responsable seguir con los apuntes de estadística, que seguir con este enjambre de pensamientos.

No son cosas a las que temer como hasta ahora, ¿cuáles?, me refiero a todas las inseguridades que nos obligan a retroceder en determinados momentos, que podrían haber terminado con unos minutos de gloria y no pudo ser.  Hay que zambullirse en el río que sigue su cauce, dejar que la corriente se lleve todo lo malo y vuelva a fluir la sangre en nuestros pies.

Hay que dejar de echar de menos lo que nunca ha sido nuestro, dejar de ser feliz royendo los huesos y ladrando a las gatas en celo. Se acabó entender los llantos, suplicar sonrisas al aire, porque esta vez se trata de superación y no de autohundirse o resignarse. Todo es un plan de liberación aunque no lo creas. Reír como te de la gana, crear tu propio repertorio de sonrisas y carcajadas, en un mundo en el que un simple amago de sonrisa es suficiente para que te encierren en la jaula de algún circo.

Fuera, cree ahora, y no tras la demostración, desperdicia toda tu fe en una simple teoría.
¿Qué verdad hay en todo esto?

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¿ Escribo simplemente por escribir?

Desahogo en forma de un diario de sensaciones e ideas ciertamente abstractas.
Sin pretensiones de que me conozcan, ¿o miento?.
Todo es posible.
Oculto tras mis palabras, aquellas que dejo escapar desde lo más profundo de mi mente se puede hallar
No estaría mal ahogarse en un mar hecho de mis propios pensamientos, o navegarlo con un velero en un solo sentido, pero todo esto es demasiado profundo.
No puedo evitarlo.
Sobrevivo entre alegría y alegría, entre tristeza y tristeza. Como todos.
Pensamientos y sentimientos que se funden entre lágrima y sonrisa.

El resumen: Caóticamente hablando.