lunes, 30 de abril de 2012

Amo los latidos

El cielo está nublado, no llueve, no hay llantos. Y mientras miro por la ventana, no son recuerdos lo que me vienen a la cabeza, ni añoranzas, sino sueños y deseos, un "ojalá", un "me gustaría", un "querría"...
Besos, nubes y sonrisas. No puedo ni imaginar nuevas formas en las nubes, el cielo está completamente nublado, las ilusiones no existen para mí, o simplemente para lo que sueño. Me confieso a las nubes con largas miradas una y mil veces, una voz alta en mi interior repite esas mismas palabras que pronuncié hace unos meses, palabras que se clavan en  cada parte de mi cuerpo, que se fusionan con mi piel, que se funden con mi sangre, que resuenan en mi garganta, y que luchan en mi mente. Palabras mudas.
Se produce un choque entre mi subconsciente y la realidad, y me invade una tristeza crónica, que se ha ido desarrollando en brotes ocasionales.Ya no existen ilusiones para mí, ya no.
Y se fue el frío, pero la frialdad perdura, nunca vino el amor pero la amargura se ha fijado con más fuerza y sus raíces son difíciles de arrancar. Sin embargo todavía perdura algo, amo los latidos.

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¿ Escribo simplemente por escribir?

Desahogo en forma de un diario de sensaciones e ideas ciertamente abstractas.
Sin pretensiones de que me conozcan, ¿o miento?.
Todo es posible.
Oculto tras mis palabras, aquellas que dejo escapar desde lo más profundo de mi mente se puede hallar
No estaría mal ahogarse en un mar hecho de mis propios pensamientos, o navegarlo con un velero en un solo sentido, pero todo esto es demasiado profundo.
No puedo evitarlo.
Sobrevivo entre alegría y alegría, entre tristeza y tristeza. Como todos.
Pensamientos y sentimientos que se funden entre lágrima y sonrisa.

El resumen: Caóticamente hablando.