martes, 20 de diciembre de 2011

Nada allí, Tú aquí, Todo aquí

- ¿Y qué pasaría si perdiera mi sombra, si perdiera mi reflejo?
- Ya no te reconocerías.
- Pero podría tener una idea de mi ser para volver a ese yo.
- No, te equivocas, el cambio sería irreversible, no tendrías recuerdos, no serías capaz de recordar.
- Pero... ¿Por qué?
- Porque ya no existiría ese yo, no querrías volver al pasado, aún siendo un ser que se sostiene en meras divagaciones y pensamientos abstractos.
- Pero... ¿Podría vivir así?
- ... Te acostumbrarías, o más bien aprenderías a hacerlo porque no conocerías otro modo.
- ¿Y si me encontrara con ese yo? ¿Y si volviera mi sombra? ¿Y si volviera esa sensación? ¿Y si volviera a soñar?
- Sufrirías.
- Pero eso es ya parte de mí, la sombra de sufrimiento me acompaña a cada momento, como una nube que provoca mis llantos. Y mientras el Sol desaparece, alumbro las lágrimas con luces imaginarias, cierro los ojos y sueño, cierro los ojos y vivo. Sustituyo así ese algo, un algo capaz de arrebatarme el reflejo, un algo que me llena de histeria y que no quiero que desaparezca.
- ¿Qué es ese algo?
- Ese algo es nada, es algo que sólo sé yo, pero que al ser nada me contradigo a mi misma y llego a la conclusión de que no lo sé. Puede ser que sea eso lo que deseo que crean , lo que deseo creer y en lo que deseo perderme.
- Nunca logro entenderte.
- ¿Acaso logras entenderte a ti mismo?
- No lo considero una necesidad, sino una dependencia.
- Con eso no logras responder a mi pregunta.
- Lo sé, sí entiendo lo que siento, pero no sé si creerlo.
- Si me pasara lo que más temo, ¿acompañarías a mi sombra?
- ¿Qué es lo que más temes?
- No lo tengo claro, algo es simplemente, temo en llegar a una conclusión en la que no existe respuesta.
- Pero, ¿cuáles son las ideas que te hacen reflexionar y cuestionarte los principios más simples?
- Todavía no lo sé... ¡Miento!, más bien es algo, ese algo.
- Pero ese algo, ¿es un pensamiento, un ser concreto, o simplemente un sentimiento?
- Es todo, es nada y es todo.
- ... Nunca logro entenderte.
- Ni yo a mi misma.
- ¿Qué sientes?
- Siento que me ahogo, siento que me pierdo, siento agobio ante lo que siento, siento que tú también sientes, siento que no soy sincera del todo, siento que me pasaría horas pensando en lo que de verdad siento, pero lo que más siento es no responder a todo lo que te cuestionas acerca de mí, porque tampoco logro responderme a mi misma. ¿Y tú qué sientes?
- Lo sabes muy bien, sólo tú lo sabes, lo sabes mejor que yo, sólo siento momentos... momentos como éste.
- Lo siento.
- Yo también.
- Te estuve esperando.
- Y yo te hice esperar. No te busqué, no lo hice, porque sabía donde estarías.
- ¿Cómo?
- Lo sé, simplemente lo sé, y lo sabía. Estás aquí.
- Y tú aquí. Tú eres aquí.


3 comentarios:

  1. madre mía que paranoias!!
    pero es bonito! :P

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  2. bah, hacia poco que había hecho el examen de Platón, y sin querer el texto me salió influido bastante por él, aunque no tiene nada que ver jajaja

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  3. en conclusión, que ni yo misma sé interpretar lo que pasa por mi cabeza, por eso me rallo tanto, no sé lo que quiero y así llevo meses, me tiro el día pensando en ello y no paro de cambiar de opinión, me frustra t.t

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¿ Escribo simplemente por escribir?

Desahogo en forma de un diario de sensaciones e ideas ciertamente abstractas.
Sin pretensiones de que me conozcan, ¿o miento?.
Todo es posible.
Oculto tras mis palabras, aquellas que dejo escapar desde lo más profundo de mi mente se puede hallar
No estaría mal ahogarse en un mar hecho de mis propios pensamientos, o navegarlo con un velero en un solo sentido, pero todo esto es demasiado profundo.
No puedo evitarlo.
Sobrevivo entre alegría y alegría, entre tristeza y tristeza. Como todos.
Pensamientos y sentimientos que se funden entre lágrima y sonrisa.

El resumen: Caóticamente hablando.