sábado, 18 de mayo de 2013

En un reino de luz, rodeado de muros de cristal, los habitantes se hacen llamar destellos, destellos de sombra, destellos de tierra. Pero no os confundáis con estos términos, los destellos son iguales a nosotros, con manos y pies, con sus caras, pero hay ciertas cosas que los distinguen de nosotros, algo imposible de imitar, y ellos lo saben. Sus ojos, no sabes con que nombre llamar al color de sus ojos, no tiene nada que ver con ninguno de los colores que conocemos y somos capaces de percibir.
Eva decía que eran de color azul, pero un azul como el destello que forma la luz sobre el agua calma. Y yo decía que las pupilas me recordaban a la corteza de un árbol quemado y el iris del color de los brotes  que renacen.

Después de unos días de convivencia con los destellos conseguimos hallar el secreto en el que basa todo lo que ellos son.

 Son la sombra del destello,  son lo que nosotros somos dentro de los espejos, son nuestro reflejo en el cielo y nuestra apariencia en la tierra. Y sus ojos son el mar, son ese charco de agua, el espejo, el cristal de aquel escaparate, aquella agua verde del estanque, en los que podemos contemplar nuestro reflejo.  Su mundo es nuestro mundo reflejado en una bola de cristal.


2 comentarios:

  1. En realidad, para los demás, siempre somos el reflejo de algo. El reflejo de nuestras acciones, de nuestras ideas, de nuestras mentiras y verdades. Tal vez no seamos nunca seamos algo, sólo un reflejo. Me ha hecho pensar esta entrada y me gusta. Además, es muy de fantasía y ensueño.
    Enhorabuena por la entrada, me ha gustado muchísimo :)

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¿ Escribo simplemente por escribir?

Desahogo en forma de un diario de sensaciones e ideas ciertamente abstractas.
Sin pretensiones de que me conozcan, ¿o miento?.
Todo es posible.
Oculto tras mis palabras, aquellas que dejo escapar desde lo más profundo de mi mente se puede hallar
No estaría mal ahogarse en un mar hecho de mis propios pensamientos, o navegarlo con un velero en un solo sentido, pero todo esto es demasiado profundo.
No puedo evitarlo.
Sobrevivo entre alegría y alegría, entre tristeza y tristeza. Como todos.
Pensamientos y sentimientos que se funden entre lágrima y sonrisa.

El resumen: Caóticamente hablando.