domingo, 24 de febrero de 2013

11 de febrero, roto seguro que estaba, arreglarlo era una aventura, las costuras se habían descosido, el hilo se había gastado, las agujas estaban oxidadas y con las puntas rotas o retorcidas. Aquellos días así le han dejado, destrozado, en millones de pedazos microscópicos imposibles de encontrar y de unirlos otra vez de la misma forma. Haga lo que haga por reparar el daño causado no puedo evitarle, es otra persona, y yo también, el tiempo nos ha cambiado, aunque yo no lo quiero reconocer en voz alta. Por qué nos ha tocado a nosotros es algo que no logro comprender, supongo que es porque las cosas son así y ya está, y que el buscar a una explicación a todo sea una de sus causas. Quizás si me hubiera estado callada, quizás si él se hubiera estado callado, quizás si hubiéramos cerrado los ojos y nos hubiéramos entregado a vivir la vida como los demás, tal vez habría una remota posibilidad de que siguiéramos siendo nosotros, y el mundo siguiera siendo el mundo tal y como lo conocemos.

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¿ Escribo simplemente por escribir?

Desahogo en forma de un diario de sensaciones e ideas ciertamente abstractas.
Sin pretensiones de que me conozcan, ¿o miento?.
Todo es posible.
Oculto tras mis palabras, aquellas que dejo escapar desde lo más profundo de mi mente se puede hallar
No estaría mal ahogarse en un mar hecho de mis propios pensamientos, o navegarlo con un velero en un solo sentido, pero todo esto es demasiado profundo.
No puedo evitarlo.
Sobrevivo entre alegría y alegría, entre tristeza y tristeza. Como todos.
Pensamientos y sentimientos que se funden entre lágrima y sonrisa.

El resumen: Caóticamente hablando.